COMO MI NOVIO FUE EL DETONANTE PARA DEJAR DE SER QUIEN ERA
BUENO, ÉL NO. NUESTRA RUPTURA
BUENO, ÉL NO. NUESTRA RUPTURA
Hace 13 años, principios de Octubre de 2011, llegaba a Graz (Austria) para cursar el último año de mi carrera de Arquitectura en Erasmus. 22 añitos, un país desconocido, totalmente sola, a miles de kilómetros de mis amigos y familia, sin conocer a nadie, un idioma que no entendía, una ciudad que nunca había pisado antes. Al par de semanas de llegar allí, mi novio de aquel entonces, me dejó. Así, sin más, de la noche a la mañana, literal. Por una conversación de Facebook. No teníamos Whatsapp entonces. Ni un skype, ni una llamada como veníamos haciendo esas dos semanas que llevábamos distanciados. No. Un chat por Facebook para cerrar una relación de 5 años.
Ese novio y yo nos conocimos el primer día de universidad, y entonces, la amistad se fue convirtiendo en amor con el paso de los meses e iniciamos la relación. Mi primera relación de amor de pareja. Y 5 años después, todo se acabó al yo irme un año de erasmus a otro lugar del mundo. Un año que se convirtió mitad de depresión y asimilación de mi nueva vida, y la otra mitad del propio descubrimiento de mi Ser y de un país que fue hogar por muchos años más. No estaba en mis planes. Absolutamente nada. Pero así lo quiso la Vida. Y bendita Vida.
LA VIDA NO NOS DA LO QUE QUEREMOS,
SINO LO QUE NECESITAMOS
PARA NUESTRA PROPIA EVOLUCIÓN
Justo hace 13 años, un día como hoy, aterrizaba en Austria. Y eso sería el principio de un recorrido increíble hacia mí misma, de deconstrucción y construcción de mi propio Ser. Pero yo entonces no lo sabía. La perspectiva siempre es la gran aliada.
Lo que ocurrió esos meses después de mi primera ruptura de relación y corazón, fue que entré en un agujero oscuro de solitud y vacío. Me dejé guiar por mi propio instinto. No quería estar con nadie, no quería escuchar nada, comer nada, ni hacer nada. Solo quería llorar, estar a solas y a oscuras. Recuerdo perfectamente cada detalle de mi pequeña habitación en mi residencia de estudiantes, recuerdo como no quería ni abrir las persianas ni ver el Sol, recuerdo como mi compañera francesa intentaba que hiciéramos cosas juntas aunque sea allí dentro del piso para sacarme de tal pozo, recuerdo como las dos únicas personas que había contactado más en esas dos semanas previas a mi derrumbe me escribían y me insistían en ir a visitarme para saber que estaba bien y que ellos estaban ahí para mí. Me negaba a todo. Solo quería estar sola, en la oscuridad, llorar y vaciarme de todo. No comía nada, adelgacé bastantes kilos, fue la primera vez que perdí la menstruación, que no la última. Y así me tiré varias semanas seguidas. Podría afirmar que llegué al mes largo.
Y es que, preciosa, se necesita tiempo y espacio para deconstruirnos y volver a construirnos a nuestro propio antojo, para que la semilla germine y entonces empiece a brotar. Se necesita silencio para poder escuchar. Y también se necesita oscuridad, para poder gestar la vida. La inmediatez en la que vivimos es abismal y enfermiza. Creemos que todo es para ayer, que si no es ahora ya no es, que hay que estar siempre, para todo, y para todos. Y no es así. You go first, querida! A cada instante.
Volviendo aquel octubre de 2011. A partir del mes largo, empecé a sentir como resurgía muy poco a poco. Allí dentro de mí, dentro de mi habitación. No es que saliera a la universidad, ni de fiesta, pues ni ganas. Pero algo adentro de mí que se había estado desintegrando empezó a dejarse nacer. Y claramente, me pedía algo diferente, algo que no me recordara a mi pasado, ni a mi yo en los años anteriores. Empecé a explorar nuevos estilos de música que a mi cuerpo y a mi alma le hicieran vibrar, empecé a ver las películas más desconocidas y poderosas que nunca vi, empecé a coger un lápiz y empezar a dibujar mis primeros trazos, empecé a cocinar y experimentar en la cocina (aunque luego no comía nada, y se lo llevaba a mis vecinos de la residencia, que fueron mis amigos y mi sostén en ese año), empecé a interesarme por el alemán y a estudiarlo por mi propia cuenta, empecé a coger la cámara que mi ex-novio me había regalado justo el día antes de irme de erasmus (dato, él llevaba años en el mundo de la fotografía y yo odiaba todo el tiempo que se fuera por ahí con la cámara, que saliéramos a pasear y estuviera todo el rato fotografiando y fotografiándome, que invirtiera dinero en cosas de fotografía. Já. Lo que más niegas, es lo que más puedes llegar a amar, preciosa! Aquí una que se volvió apasionada de la fotografía, estuvo fotografiando los bailes de Viena de los palacios imperiales y después trabajó en compañías de fotografía reconocidas en Austria, pero eso ya te lo cuento en otro momento)
Aquella cámara me salvó. Al igual que el jazz, el dibujo, la cocina, el alemán, correr y salir la bicicleta. Me salvaron ellos, permitiéndome estar conmigo misma. Le tenemos pánico a la solitud (que no soledad) y a pasar tiempo con nosotras mismas, porque no sabemos qué puede salir de ahí. TODO. Puede surgir todo lo que esperas y lo que no. Y eso es maravilloso. Además, a menudo subestimamos el poder de los pequeños actos, de nuestros propios hobbies, adecuándolos a lo que hacen nuestras parejas, nuestros amigos o lo que esté de moda, no permitiéndonos hacerlos por no hacerlo solas o que parezcamos ridículas. Si ensancha a tu Alma, es por ahí. Aunque sea mirar las nubes, abrazar árboles o hacer como que bailo ballet a cada rato sin ni siquiera yo saber (también soy).
Cuando empecé a vaciarme en esa solitud de todo lo que hasta entonces caracterizaba a mi Ser, toda esa identidad que se había forjado a la vez con los gustos de aquella pareja durante todos aquellos años (y obvio también todas las amistades, vínculos e informaciones de años previos), volví a recordar qué le hacían bien a mi alma, a mi Ser. Aunque ni sabía que eso le daba paz a mi Alma. Y dejé que saliera en total libertad y autenticidad. Y a día de hoy, es la fotografía, las cámaras, el crear escenarios lo que me enciende esa llama creativa, el jazz, la música clásica y el soul la música que me calma el alma, el dibujar el que me recuerda la presencia, la cocina la que me libera y me reconecta a mí, y el movimiento de mi cuerpo el que me ancla al momento. Nada de eso me había estado dando el permiso todos los años anteriores. Osea, no le había dado la oportunidad a mi cuerpo ni a mi alma a que explorara, a que me dejara guiar, a no hacer. Obviamente, no por tener pareja, que igual en parte, sino por todos esos años de universidad, de adolescencia, de querer hacer todo lo que hacían los demás, lo que hay que hacer, lo que decía la familia, and so on. Ya sabes, que absorbemos todo de lo que nos rodeamos.
Lo que aprendí en ese tiempo fue:
- La Vida te da siempre lo que necesitas para la propia evolución y expansión de tu Ser.
- Tú vas primero .Siempre. No te anules, no te cohibas, no te dejes de elegir, por priorizar a otras personas.
- No necesitas a nadie, si realmente te tienes a ti.
- No eres lo que crees ser , siempre hay una parte escondida adentro de ti para ser descubierta. Y está deseando que lo hagas.
Para dejarte Ser en total libertad y autenticidad, tienes que vaciarte de ti. Vaciarte de todo lo que no eres, de todo lo que ya fuiste y está caduco en ti, de todo lo que ata, acalla y apaga a tu Alma. Y no solo de hábitos, sino de alimentos y vínculos tóxicos, creencias obsoletas, pensamientos limitantes, heridas de infancia, cargas ancestrales, heridas de vidas pasadas y emociones estancadas en tu propio cuerpo físico y energético.
Y eso preciosa es lo que hacemos en YOUR TRUE SELF 8 semanas de pura transformación en mentoría 1:1 a través de tu cuerpo y energía, para eliminar todo lo que está caduco en ti, eliminar las capas más densas y sutiles que no te pertenecen y te están bloqueando y limitando, hacer espacio para alinear todos tus cuerpos, liberar a tu Ser auténtico y empezar a habitar tu Verdad para crear tu propio camino de Vida.
Quedan 3 lugares más para empezar en Octubre. No te pospongas más preciosa, y ve hacia el encuentro contigo misma. Si uno de esos lugares es el tuyo, escríbeme. Es momento de reclamar tu lugar.
Elígete a cada instante
TÚ ERES LA SOBERANA DE TU VIDA
Deja que la energía y tu cuerpo te guíen en tu propia transformación. Así todo se acelera, se recalibra y se vuelve deliciosa esta existencia en este plano de la Tierra
Te siento,
María Teresa & The balance of your bodies
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